Las semillas, en el centro del debate
Productores, mejoradores, investigadores, especialistas en propiedad intelectual y funcionarios públicos se reunieron en Buenos Aires, Argentina, para debatir sobre los problemas y desafíos que pueden surgir en torno al proceso de transformación y concentración en la industria global de semillas, que se ha profundizado en el país durante los últimos 30 años (fuertemente vinculados con regímenes de propiedad intelectual, cada vez más estrictos).
El encuentro se desarrolló en el marco del primer T-Lab (Laboratorio para la transformación), pautado dentro del programa de investigación global “Caminos a la Sustentabilidad”, promovido por el Consejo Internacional de Ciencias Sociales (ISSC), que en Argentina llevan adelante investigadores del centro Steps América Latina.
Durante esta jornada de trabajo conjunto y participativo, los invitados conocieron de qué se trata el proyecto de investigación, que fue presentado por Anabel Marín, co-Directora de Steps América Latina y líder del proyecto de investigación en la región. Asimismo, pudieron acceder a algunos resultados preliminares recolectados a través de una de las metodologías del estudio, conocida como Q-Method, que rastrea las percepciones sociales en torno a un tema.
Al respecto, la investigadora Almendra Cremaschi, de Steps América Latina, explicó las características del Q-Method y detalló que, al ser consultados sobre las distintas problemáticas y preocupaciones en torno a la propiedad intelectual en las semillas, hubo tres percepciones predominantes: una más ecologista y centrada en el carácter de las semillas como bien común, que se opone a todo tipo de propiedad intelectual; otra que acepta la propiedad intelectual como herramienta ya instalada y se focaliza en el rol del Estado como ente regulador y direccionador de las innovaciones; y una tercera, que considera a la propiedad intelectual como un incentivo para la innovación y que el rol del Estado es garantizar el desarrollo del sector privado nacional.
Problemas, actores y soluciones
El taller propuso una metodología participativa que permitiera compartir la visión y socializar experiencias de distintos actores sobre los problemas mencionados. Por eso, se le propuso a la veintena de participantes que se reunieran en grupos heterogéneos de acuerdo al género, instituciones a las que pertenecen y tipos de trabajo que desempeñan -ya que por ejemplo había representantes académicos, funcionarios, técnicos del Instituto Nacional de Tecnología Agraria, periodistas y representantes de organizaciones campesinas y civiles, así como de organismos privados, como la Federación Agraria Argentina y la Asociación de Semilleros Argentinos-, para debatir e identificar los principales problemas en torno al sector semillas.
Así, por ejemplo, se debatió sobre el rol del Estado al momento de legislar y la ausencia de un acuerdo en torno al modelo agrario nacional, sumado a la desigualdad entre los intereses, teniendo en cuenta que hoy hay actores sociales que no están representados.
También se reflexionó sobre el rol de las empresas, que no son ajenas a la producción del conocimiento, y la importancia de proteger los desarrollos tecnológicos nacionales.
Del mismo modo, se llamó a evaluar el para qué o para quién se investiga o se realiza algún desarrollo, así como a repensar y definir el concepto de “bien común” en agricultura, para poder tomar decisiones acordes al mismo.
Del debate se definieron tres problemáticas: la pérdida de la biodiversidad, la necesidad de incorporar diferentes actores en el mejoramiento de las semillas y las regulaciones asociadas y el requerimiento de apoyar el desarrollo tecnológico de la industria local.
Luego, los participantes (esta vez reagrupados espontáneamente de acuerdo a la problemática que le resultaba más relevante o interesante) pensaron y plantearon posibles soluciones, entre las cuales se destacó la idea de crear una red de casas y bancos de semillas ya existentes, que además de protegerlas permita revalorizar rol de los agricultores el mejoramiento participativo, en tanto que son protagonistas de demandas y desarrollos.
El debate sigue abierto, así como la búsqueda de alternativas sostenibles que respondan a las distintas problemáticas en torno a las semillas, que son fuente de alimento, vida y biodiversidad.